La educación en España es, francamente, pésima. Actualmente estoy cursando el máster de formación del profesorado de secundaria, bachillerato y universidad y con solo dos semanas ya nos han demostrado que la educación en este país es lo que menos importa. Lo que menos importa al Estado, por su puesto, porque una de las primeras medidas anticrisis fue recortar en educación y eso, en otros países, es impensable.
Basándonos en el modelo educativo finlandés es obvio que estamos haciendo muchísimas cosas mal. Los padres finlandeses agradecen pagar unos impuestos tan altos porque ven que sus hijos aprenden con el dinero que destinan al Estado. Todas las escuelas de Finlandia son gratuitas, ya sean privadas o públicas, GRATUITAS!
Y eso no es todo...Van a la escuela a aprender, no a ser educados. Educado viene cada uno de su casa y en la escuela les enseñan jugando. Para cualquier maestro, padre o estudiante con vocación a la educación pensará que este tipo de educación es la adecuada y, sobre todo, que es un lujo. No hay nada más satisfactorio que tener la certeza de que tus hijos están aprendiendo y lo están haciendo a un buen ritmo.
Con sus 15 minutos de recreo tras 45 minutos de clase, alimentándose bien y teniendo una profesora de refuerzo la educación finlandesa logra cada año los mejores puestos del informe PISA. Podéis pensar que es una cuestión de estudio pero ni si quiera se preparan para los exámenes porque no les importa quedar primeros o últimos, les importa la enseñanza. Nada que ver con el sistema Coreano donde los niños consideran que jugar y divertirse es perder el tiempo.
Desde hace tiempo me siento enfadada pero también desilusionada con este país. Todas las personas que, en un futuro, o actualmente quieran dedicarse a la educación lo tienen imposible en España y en mi interior siento que me están echando del país. Las olimpiadas 1.5 millones de euros pero no tienen narices a dedicarlo a lo realmente importante: sanidad, educación y ayuda social. Este país rezuma políticos corruptos y dinero negro.
