lunes, 19 de noviembre de 2012

Erasmus Perugia 2012 (parte I)

Después de casi dos meses de Erasmus en Perugia, Italia, he recopilado información e incluso tengo ciertas conclusiones.

La primera tiene relación con la cultura italiana en sí. Son muy tranquilos, similares a los españoles, pero trabajan menos horas y todo va 'piano piano', es decir, poco a poco no vaya a ser que se estresen. Si les pides información te explican la mitad de lo que deberías oír y siempre dirigen la conversación hacia el tema que les interesa. 
Cuando te presentan a un italiano hay que mantener el formalismo y estrecharles la mano (esto vale tanto para hombres como para mujeres) diciendo: 'piacere' (encantado/a). La segunda vez que ves a esa persona ya puedes darle dos besos pero, mucho cuidado! Ellos dan los besos de izquierda a derecha.  
El tema tabú por naturaleza es el sexo. No sé como los educaran en la escuela pero en una clase de universidad el profesor o la profesora no puede mencionar ciertas palabras porque crean discordia. Las mujeres no hablan de sexo (o al menos que yo sepa) y cuando las ves comprándose ropa interior provocativa lucen una sonrisa tímida y nerviosa.
Por último, si es cierto que comen mucha pasta y también pizza pero en menos cantidad. La pasta es una comida de diario, se come incluso en las cenas, y la pizza es típica para llevar. Lo que no se conoce en otros países sobre Italia es el 'aperitivo'. En España el aperitivo o 'pica pica' es típico de los domingos antes de comer, aquí no. Se hace entre las 19:30h y las 21:30h y es una especie de buffet libre, pagas unos 5 o 6 euros y tienes bebida y comida incluida. Cuando los italianos hacen el aperitivo no comen excesivamente, se llenan los platos un poco para después repetir otra vez y quedar satisfechos. 

La segunda conclusión tiene que ver con el carácter de la gente. Los italianos no son tan abiertos y divertidos como se les considera, al menos en un primer momento. Son más simpáticos cuando beben porque el alcohol desinhibe pero, de ser carismáticos a ser pesados solo hay un paso (ellos lo dan y muy rápido). En cuanto a las italianas, siempre se ha dicho que son unas estrechas y unas antipáticas. No están en lo cierto,relativamente, si te acercas a una de ellas (al menos siendo chica como yo) te responden sin ningún problema pero muchas veces no quieren trabar amistad a menos que les interese. 
Una vez consigues hacer amistad con alguno de ellos son muy cercanos y amables, ambos invitan al cappuccino de turno, te ofrecen su casa y su total disponibilidad pero, llegar a ese punto, cuesta.

La tercera y última conclusión incumbe al turismo. Cuando el precio de un producto no está a la vista e aprovechan del consumidor. Nadie sabe que en Italia te cobran por servirte el café en la mesa pero tampoco nadie te lo dice y, cuando luego pides la cuenta, te sorprendes por pagar 4 euros. 
En cuanto al alquiler de los pisos, precaución también porque la relación calidad-precio es muy dudosa. Tal vez encuentres pisos sin salón o sin plato de ducha por 300 euros pero, al parecer, en Italia es de lo más normal. 

Hasta aquí mi reflexión, en un par de meses volveré a la carga.